FRAGUA


LA FRAGUA
 
 
 
La fragua, el eterno taller del herrero, era uno de los lugares más concurridos por los habitantes del pueblo.
Al igual que el molino y los hornos, era de propiedad municipal, aunque existía en el pueblo otra particular (la de Alejandro, el “trajina”).
Nadie duda que la fragua era un oficio duro. Para su ejercicio se requerían brazos fuertes y muñecas de acero.
La fuerza y la destreza eran importantes en este trabajo, pero no menos la vista, que tenía que soportar la luz y el calor intensos del fuego. Se necesitaba también una desarrollada capacidad para discernir entre la variopinta gama de colores que presentaba el hierro en su calentamiento. Había que valorar con exactitud el matiz de azul que debía alcanzar el acero, en la operación del temple, o determinar cuándo las chispas al caldear el hierro adquirían la tonalidad del azul de cobalto.
 Además para sobrevivir en esta profesión había que tener un acentuado sentido del ritmo. El machacón martilleo de la bigornia servía en muchos casos de base a los cantos del herrero que insistentemente golpeaba una y otra vez el hierro.
 LA MATERIA PRIMA
La fragua se alimentó al principio con carbón vegetal que se hacía en el mismo pueblo a partir de brezo de flor morada; más tarde se utilizó el carbón mineral de las cercanas minas de San Adrián de Juarros
 ELEMENTOS ESENCIALES
LA FRAGUA :
La fragua era el conjunto de herramientas con las que el herrero trabajaba, aunque, a modo de simplificación, se ha acabado identificándola con el horno donde se fundían los metales.
 Tenía forma cuadrada y era allí donde se fundía y moldeaba el hierro.
 LA BIGORNIA:
Otro de los elementos característicos de la fragua era la bigornia (comúnmente conocida por yunque), instrumento sobre el que se forjaba el hierro, y que solía descansar sobre un apoyo de madera llamado “cepo”. Se trataba de un bloque de hierro acerado de geometría paralelepipédica denominado “estómago”, cuya parte superior se llamaba “mesa”. De los laterales del “estómago” partían dos picos o “peñas” de diferente sección: la “peña cuadrada”, y la “peña redonda”. En la zona de unión de las “peñas” con la “mesa” existían dos agujeros, uno redondo y otro cuadrado, en los que se acoplaban algunos instrumentos, como las sufrideras.
 EL YUNQUE:

El yunque, por su parte, era una pieza de hierro dulce de forma cuadrada o rectangular, que tenía por función sufrir los golpes en las operaciones de corte del hierro, para evitar que las herramientas aceradas y con filo (tajaderas o cortafríos) pudieran mellarse.
Al igual que la bigornia, el yunque reposaba sobre un tronco que solía ser de encina.
 LA PILA DEL AGUA:
La pila del agua, o pilón,  era el lugar donde se enfriaban y templaban las herramientas o utensilios reparados o elaborados en la fragua.
 EL FUELLE:

El fuelle era el aparato que permitía avivar el fuego de la fragua.  Sus paredes estaban forradas de piel de becerro claveteada con tachuelas. La  manera de accionar el fuelle  consistía en tirar de un asidero que, al accionarlo, levantaba el fuelle, produciendo en su bajada el aire.
 LAS HERRAMIENTAS:
El herrero utilizaba muchas y muy variadas herramientas. Las tenía de todos los tipos, formas y tamaños. A veces las fabricaba para un trabajo determinado o una tarea concreta.
EL BADIL
Más que una herramienta, era un enser práctico para la fragua. Se trataba de una pieza de hierro alargada y de sección circular que tenía un extremo puntiagudo y otro en forma de asa. Existían dos variedades (atizador y espetón). Se utilizaban para sacar la escoria del fogón, para remover o ahuecar el carbón, con el fin de favorecer la combustión, para desobstruir la tobera o para dar una colocación adecuada a los hierros en el fuego.
LOS MACHOS Y MARTILLOS
Los dos instrumentos de percusión por excelencia eran el macho y el martillo de bola. El macho era un martillo grueso y pesado, que se empleaba para batir el hierro sobre el yunque o para golpear los instrumentos de corte y estampación. El martillo era un instrumento formado por una cabeza maciza con dos estrechamientos a los lados. Podía ser “de bola” (la boca tenía forma semiesférica), “de peña” (en forma de prisma trigonal) o “de brazos”. Se empleaba para golpear el hierro y darle la forma deseada.
 LAS TENAZAS
Servían para sujetar los perfiles de hierro que se calentaban en la fragua, y para transportarlos al yunque o a la pila de agua. Las había de todas las formas y tamaños: de punta ovalada, redonda, plana, recta, torcida. Como el resto de las herramientas, el herrero las fabricaba en función de sus necesidades.
EL TORNILLO
Era un instrumento compuesto por dos mordazas articuladas en un extremo, que podían abrirse o cerrarse gracias a un mecanismo de tornillo. Servía para sujetar el hierro.
EL CABALLETE
El caballete era un aparato formado por un pie y una barra vertical. Se utilizaba para sujetar las barras de hierro de gran tamaño mientras estaban en la fragua.
EL MANERAL
Era una especie de llave en cruz, con la que se retorcía la barra de hierro para darle la forma de espiral.
LA TAJADERA
La tajadera era una herramienta que se empleaba para cortar el hierro. Podía ser “de mano” o “de yunque”.
LAS SUFRIDERAS
Eran piezas de hierro cóncavas con diversos relieves y perfiles, que se colocaban sobre la bigornia, (en los agujeros que ésta tenía en la “mesa”) y sobre las que se golpeaba el hierro caldeao con el fin de darle la forma que ellas tenían. Existía una amplia gama de sufrideras, con tamaños y formas diferentes.
EL PUNTERO
El puntero era un utensilio de boca cónica con punta achatada. Permitía hacer agujeros en el hierro y ensancharlos.
EL CORTAFRÍOS Y EL PUNZÓN
El cortafríos era una herramienta en forma de cincel, común en los trabajos de forja en cerrajería, mientras que el punzón, con las mismas características que el cortafríos sólo que rematado en punta, se empleaba para hacer agujeros en las chapas de hierro en frío.
LA LIMA
Se trataba de una pieza alargada cuyos lados iban disminuyendo hasta terminar en un achatamiento, y que permitía eliminar las asperezas de las piezas trabajadas.
EL COMPÁS Y LA ESCUADRA
El compás era utilizado para medir los diámetros de las barras de hierro o para hacer circunferencias, y la escuadra, formada por dos brazos unidos en ángulo recto, servía para dibujar o trazar ángulos de noventa grados. Si los brazos estaban articulados (“falsa escuadra”), permitía trazar cualquier valor angular.
EL MANDIL
El mandil o delantal era una pieza, normalmente de cuero, que recubría la parte delantera del cuerpo y que protegía al forjador de las proyecciones de esquirlas calientes

 

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